jueves, 16 de febrero de 2012

Derrotada








Agonía de lágrimas vacías que resbalan por mi rostro para caer en un vaso de vino tinto colocado frente a mi para hacer que me sienta mejor... ¿me siento mejor?. No. 
Solo siento que soy una pequeña idiota que no acepta su situación y ..¿cuál es mi situación?

Acabaste conmigo hace una semana y aun veo tu reflejo en todos los espejos de mi casa, tu sombra me vigila por las noches frente al reloj de cuco que no deja de marcar las doce para mi corazón... he llegado a la media noche, es inevitable. 

Tengo miedo...

Bebo un poco de vino con lágrimas y me incorporo del asiento. Mirar a través de las ventanas es absurdo, porque te busco y eso no puede ser. Yo te quería y te dí todo mi corazón... pensé en mil cosas que pasarían a tu lado, cosas que compartir, sueños que crear. Tuvimos nuestros malos momentos, pero... ¿qué importaba? Todos tenemos malos momentos y coges tú y haces esto...

No me lo esperaba, francamente. Me ha pillado sin "bragas nuevas" como suelen decir los críos de mi clase. Es curioso, hasta los niños han notado que ya no estas conmigo... ¿será culpa mía?.

Enciendo un cigarro y trato de escapar de los recuerdos, pero es inútil. A cada segundo deseo con toda mi alma que suene el timbre de la puerta y que seas tú de nuevo; con tu precioso pelo castaño cayendo por tu espalda; arrepintiéndote con mares de agua en tu mirada de todo lo que me dijiste en la estación de tren.

Estallo y con fuerza lanzo el vaso a un espejo que rápidamente se hace añicos. Insignificante existencia...pienso que nada podría ser peor. También es cierto que ahora que no te tengo no pienso ir a recuperarte. Prefiero dejar esa imagen divina como está. No soy una mujer fuerte, tampoco soy tan débil como tú piensas. Nada importa tanto como para recuperar errores y he de decir en tu favor que los mas grandes fueron los míos.

Sí, porque realmente... yo fui la que más entregué y por eso he perdido.

Derrotada... me ha ganado la tristeza.


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