domingo, 6 de febrero de 2011

Soñando Despierta contigo







Sé que no nos conocemos de nada, pero no puedes hacerte una idea de lo que siento por ti.

Sí, no conozco tu nombre, aunque cada jueves comemos juntos, en mesas separadas; un detalle sin importancia alguna.

Fuimos a un par de clases juntos, pero el profesor no pasó lista ni una sola vez y yo no tengo agallas más que para decirte un tímido "hola" cuando nos encontramos en algún lugar del conservatorio.

No importa.

Hoy a ocurrido algo increíble entre nosotros sin que te dieras cuenta; tampoco necesitas darte cuenta, me conformo con sentirlo yo por los dos. Déjame que te lo explique...

Jueves.

Me senté en la mesa a comer. Al poco rato llegaste tú con tu inseparable amigo...¿de saxofón?...y te sentaste de espaldas a mi, como de costumbre. No soy tu tipo; no te lo he preguntado, pero prefiero no hacerlo; estoy tan enamorada que no soportaría tu rechazo.

Me coloqué el mp3 y comenzó a sonar una canción que no recordaba haber añadido en absoluto a mi lista, pero, curiosamente, le regaló alas a mi corazón.

Embobada, mirando como tu melena larga y oscura, con alguna cana, ondeaba en tu espalda mientras hablabas, mi mente dibujó una ilusión para mi deleite personal, así que cerré los ojos para prestarle toda mi atención:

" Me encontraba en una cueva oculta por el manto de una cristalina y tibia cascada tropical. Un atardecer wagneriano coloreaba el ambiente y tú, con tu guitarra, armonizabas el aire perfumado de la selva. Veía tu precioso cuerpo de torso descubierto muy cerca del mio y esa visión me erizó el vello.

Dejaste la guitarra a un lado y cogiste mi cara entre tus manos para regalarme el beso más profundo y dulce que me hayan dado labios algunos. Sentí claramente como nostras bocas bailaban al ritmo de un lied de Brahms, como tus manos eran los estudios de Fernando Sor por mi cabello, mi espalda...Nuestras lenguas echaban pequeños pulsos de poder alimentándose en la orquestación de salivas mezcladas, de ritmos variables, de sinfonías de amor.



Tras unas cuantas progresiones improvisadas, seguimos la obra con un allegro vivacce molto agitato y soñé que me hacías tuya en un segundo, enredándote conmigo íntimamente dentro de la compleja obra que creábamos, sin ropa, sin inmundicias, solos tú y yo, nada más en la tierra..."

Se me cayó una pequeña lágrima...

Al abrir los ojos vi a tu compañero comentarte lo rara que soy, o algo similar entre risas, pero desaparecí de la sala antes de que repararás en mi presencia; se me pasaron las ganas de comer, pero he decidido que seguiré soñando despierta, me hace feliz.

1 comentario:

  1. Algún día los sueños tendrán que ser extraídos a la realidad. Tu primera tarea consiste en componer una estrategia y averiguar un nombre. Si suena bien, avance allegro, Muñeca de Trapo.
    Saludos desde el Estante Olvidado.

    ResponderEliminar